¿Cuánto sabés de metodologías ágiles?

¿Cuánto sabés de metodologías ágiles?

Lo único permanente es el cambio… Las formas y metodologías de trabajo están en constante cambio. El desarrollo de nuevas tecnologías, los nuevos entornos globales y también los más cercanos, las diferentes alternativas que emergen para el desarrollo del potencial tanto de las organizaciones, como de las personas que trabajan en ellas, representan un escenario complejo y que requiere de una constante revisión de las estrategias de adaptación.

Sin embargo, cabe resaltar que son éstos los condimentos que siguen haciendo emocionante nuestras vidas; estos desafíos despiertan y activan constantemente nuestras motivaciones, creatividad y espíritu de superación.

Entre estas innovaciones aplicadas a mejorar la eficiencia en el trabajo y la rentabilidad de las empresas que luchan por mantenerse competitivas, asistimos a un avance de lo que se denomina metodologías ágiles.

Antes de avanzar en una definición y explorar sus beneficios, podemos anticipar al menos dos cualidades a las que asociar esta nueva forma de trabajo: fluidez y versatilidad. Incluso desde nuestros programas de idiomas se entrenan estas habilidades a la par, por su importancia en la formación de cada profesional. Veamos de qué se tratan.

 

¿Qué son las metodologías ágiles?

Hablamos de metodologías ágiles para nombrar aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo a lo que requiere un proyecto. Esto implica un cambio radical de perspectivas. Como ya hemos desarrollado en artículos previos, las condiciones en que las empresas y organizaciones despliegan sus actividades para alcanzar sus objetivos, requiere reformular las dinámicas de sus equipos.

Ya no se trata de asignar roles y tareas, sino de abordar estas actividades mediante la formulación de proyectos. Las metodologías ágiles son las que permiten gestionar estos proyectos, en consonancia directa con las condiciones en que se gesta, se desarrolla y se aplica.

Si bien este concepto tiene su origen en la industria de la tecnología de la información, entendemos que tanto sus principios como las ventajas de su implementación, son aplicables a otros rubros. Estas metodologías ágiles implican romper con las metodologías tradicionales en las que el desarrollo de las actividades se daba de manera lineal y en cascada.

Por supuesto que esta forma de trabajar no desaparecerá de un día para el otro, pero la incorporación de metodologías ágiles sumará flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios que cada vez son más acelerados -en el mundo del trabajo y en todos los ámbitos de la vida- y una mejor capacidad de respuesta ante demandas conocidas y otras emergentes inesperadas.

Nuestros cursos enfocados en idiomas para profesionales se preocupan no sólo por el aprendizaje del idioma en sí mismo sino también en que dicho aprendizaje se produzca en contexto, y generando nuevas habilidades de adaptación a los cambios vertiginosos del mundo laboral.

Estas metodologías ágiles se basan en una serie de principios que hemos recuperado del Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Software. Este manifiesto fue elaborado por importantes desarrolladores de Software, reunidos en Utah en 2001, poniendo en común su experticia y experiencia. De acuerdo a este documento, son 12 los principios centrales de las metodologías ágiles, de los cuales pueden resumirse en los siguientes cuatro:

  • El principal objetivo es garantizar la satisfacción del cliente.
  • Hacer del cambio de requisitos o de las condiciones, una oportunidad para mejorar.
  • Los proyectos funcionan entorno a equipos motivados.
  • Los mejores equipos se basan en una buena comunicación y la auto-organización.

¿Cuáles son las metodologías ágiles más utilizadas?

 Siguiendo los aportes de los mismos autores del Manifiesto de Metodologías Ágiles, podemos identificar un Top Five de las más utilizadas y recomendadas. Dentro de este selecto grupo, las tres primeras conforman un podio de las más eficientes:

  • Extreme Programming XP: Se trata de programación extrema a través de software que tiene una mayor capacidad de respuesta ante los cambios que presenten los clientes. Implica un trabajo en conjunto con el propio cliente, generando un flujo de retroalimentación que además de mejorar la experiencia del cliente, también incrementa la productividad.
  • SCRUM: es nuestra favorita! Se trata de un marco basado en la filosofía colaborativa cuya clave está en la división del trabajo en períodos de tiempo y de roles. Los principales son: un responsable del proyecto, un facilitador o moderador y un equipo multidisciplinar de profesionales que lo pondrá en práctica. Una particularidad de este estilo de trabajo son las reuniones frecuentes que, además de garantizar la comunicación entre los distintos componentes del equipo, aporta transparencia al proceso.
  • Kanban: esta metodología se basa en la posibilidad de visibilizar en tiempo real los flujos de trabajo para todo el equipo. Esta propuesta visual se realiza a través de columnas. Las variables representadas deben ser al menos tres y éstas incluyen Pendiente, En Progreso, Terminado. De esta manera, se logra un mayor control sobre ritmos y resultados de manera colectiva.
  • Agile Inception: el método de esta opción es muy frecuentemente el de “elevator pitch”: reuniones pequeña entre socios y equipos de trabajo con intervenciones muy breves. Lo que se propone lograr es una identificación clara de los objetivos en función de un tipo determinado de cliente.
  • Design Sprint, la metodología de Google: el servicio que Google provee, “Gogle Ventures”, ofrece una forma de diseño, prototipado y testeo de clientes, como la base para una estrategia de negocios. Son procesos que se llevan a cabo en períodos de 5 días y se presentan como una herramienta innovadora, especialmente destinada a empresas startup tecnológicas.

¿Por qué incorporar tecnologías ágiles en tu organización?

  • Mejora en el entorno de trabajo: motivación, división de tareas y espíritu colaborativo como principales premisas y una creciente auto-gestión de los equipos.
  • Incremento en la rentabilidad: aumento en la productividad, mejor control sobre los procesos de producción y análisis de resultado en base a datos concretos que conlleva menores riesgos y disminución de costes.
  • Clientes mucho más satisfechos: demandas fluidas que pueden ser atendidas con mayor inmediatez y eficacia, mejores experiencias de clientes tanto el producto como en el servicio que consumen.

Esperamos que este artículo represente un aporte al momento de pensar y diseñar programas de capacitación para tus equipos. Y también podés optar por afianzar las habilidades a partir de cursos de inglés en empresas. ¿Están ya incorporando alguna de estas metodologías en tu organización? Contanos cuáles son tus experiencias y cuáles creés que son los principales desafíos!